Fotografía de Celia Fernández Laguna (Grecia. Isla de Salamis, desde el mar) |
Leer, interpretar, crear
Blog de la Revista Leer, interpretar, crear
jueves, 31 de diciembre de 2015
Como primera entrada de este Blog, os invito a que leáis uan página del Diario poético (Trópico de la Mancha) de uno de nuestros autores: Tomás Rodríguez Reyes.
Se trata de una reflexión profunda e interesante que os va a gustar, seguro.
Espero vuestros comentarios.
Se trata de una reflexión profunda e interesante que os va a gustar, seguro.
Espero vuestros comentarios.
Entrada de Tomás Rodríguez Reyes en Trópico de la Mancha
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30-12-2015
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Adjetivar
el qué de la poesía es ya un silogismo. No existe la superación en las artes,
menos aún en la poesía. No es superior Virgilio a Dante, ni este que Borges
ni Cervantes. La superación opera sobre formas fosilizadas que han dejado de
decir: cosa contraria le sucede a la poesía.
La
poesía es la superación del pensamiento articulado por lo que no hay tiempos
en la poesía. La palabra poética es transformación y permanencia.
La
poesía es una reconciliación momentánea, en el tiempo y en el espacio, del hombre
con el mundo. Depende de la armonía que habite en el poema, de la fidelidad
de la palabra establecida, así de misteriosa y edificante será al leerla. Por
eso el proceso de lectura y escritura, acaso de transmisión de lo poético, es
similar a una dramatización de lo literario en que intervienen unos
personajes que se igualan, con la ficción, y que participan y actúan en la
obra.
La
poesía es, antes y después, condensación de la infinitud. Ella nace sin
comunicar nada: se intuye, se prevé en la memoria y por eso Platón defendió
lo visionario con tanta vehemencia y por esto mismo dejó al margen al poeta:
su estancia es de otro territorio. Es una visión que no comunica: solo es. El
silencio es el contorno de la creación, de lo que va siendo amorfo. Los griegos
rodearon esa materia intuida de musas para que otorgaran el orden que quedara
fijado por las artes, pero quizás la memoria primordial proviene de ese
silencio que envuelve y precede; los poemas puros contienen la memoria
originaria, la que contiene a la humanidad y la revela parcialmente. Un poema
es una memoria colectiva del silencio universal.
¿Puede
existir en lo contemporáneo? Sin duda, pero cada cual tiene una idea de qué
es la poesía conformada a partir de las lecturas que ha realizado, de las manifestaciones
concretas que ha experimentado como lector. El lector contemporáneo parece
que obvia la tradición y lee tan solo a sus allegados. Esa falta de lecturas
y de experiencia lectora se trasluce en los poemas: no hay ritmo, no hay
música, no hay recursos, no hay reflexión, no hay experimentación…tan solo
una expresión, en líneas cortadas, que hablan de los desahucios, de los
partidos políticos, de las religiones, de las cervezas y los porros, de los
videojuegos, de las masturbaciones, etc. Creo, sinceramente, que se equivocan
de género literario. Quizás habría que mostrarles que hay géneros literarios
más adecuados para expresar lo que quieren expresar, porque la creación es
otra cosa. La expresión es natural al hombre; la creación literaria deviene
de una consciencia distinta.
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Las contemplaciones
30-12-2015
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